Hasta que la mierda nos coma, suena duro pero es así lo que está ocurriendo en Madrid. Los equipos de limpieza de la capital están echándole un pulso a Ana Botella, un pulso que no huele muy bien. Y es que ayer mismo se cumplía la primera semana de la huelga indefinida de limpieza viaria y jardines de Madrid.
El Ayuntamiento ha intentado estos días aumentar la presión anunciando sanciones para que se resuelva un conflicto pero la situación parece irreconciliable entre las partes. Los barrenderos y empleados de limpieza protestan para desbloquear la negociación del expediente de regulación de empleo (ERE) que estaba previsto para 1.134 empleados de una plantilla de unos 6.000.
Si, es molesto para los viandantes y vecinos de la ciudad pero, en este caso, estos profesionales no tienen otro modo de protestar que hacerlo demostrando la necesidad de sus servicios. ¿Tú cómo lo ves?
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