Una medida "ineficaz, vergonzosa y terrible", así lo ha calificado la portavoz socialista Soledad Pérez Domínguez, en referencia a la colocación de cuchillas en la valla fronteriza de Melilla, ciudad autónoma donde gobierna el PP.
El primero en alzar la voz esta misma semana ha sido el Fiscal General del Estado, Eduardo Torres-Dulce, quién se ha comprometido a abrir una investigación al tener dudas de la legalidad de ese procedimiento de disuasión, además de estar convencido de que vulnera criterios "de estricta humanidad".
La siguiente ha sido la portavoz socialista Soledad Pérez Domínguez, quien ha recordado que la vida de los inmigrantes "tiene tanto valor como las que defiende el PP con tanta pasión", en referencia implícita al debate del aborto.
Pero nada, el PP se mantiene firme y no piensa en quitarlas y, para justificarse, ha apelado al recuerdo de la etapa de gobiernos socialistas en los que se mantuvo esta valla tal y como en la actualidad.
El debate está servido, ¿es una medida disuasoria o una acción salvaje de control?
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