Desgraciadamente cada día conocemos una nueva cara de la mayor protagonista de nuestros tiempos, la crisis. Sabíamos que es la responsable de dejarnos sin trabajo, de hacernos imposible llegar a fin de mes, hasta de que nos quitan nuestro techo pero ahora que se acerca el invierno sabemos que ella también es responsable de la llamada pobreza energética.
La pobreza energética la padecen aquellas familias que necesitan gastar más de un 10% de sus ingresos al consumo de combustibles para caldear su hogar. ¿Y cuantas personas la padecen? En España, según un informe hecho público en 2012, se advertía de que dos años antes, cuando se hizo el estudio, un 10% de las familias españolas se encontraban en esta situación. Ahora, teniendo en cuenta el recrudecimiento de la situación económica, hagamos el cálculo de que este porcentaje se habrá aumentado.
Hasta este invierno no existía ningún decreto ni ley que determinara la necesidad de ayudar a estas familias con serias dificultades para pasar un invierno por encima de las 21 grados, pero parece que en estas semanas muchos políticos han comenzado a reaccionar.
El Parlamento catalán ha aprobado hace unos días una moción para garantizar que las compañías de agua, luz y gas no puedan cortar el suministro a las familias pobres sin disponer primero de un informe de los servicios sociales de la Administración. Y muy similar ha sido la decisión de Andalucía. La Junta está preparando un decreto que contempla garantizar un consumo mínimo de electricidad y agua a las personas en riesgo de exclusión.
Sin embargo a las altas esferas parece que no les llega el problema pues en su día el grupo de La Izquierda Plural presentó, a finales de octubre en el Congreso de los Diputados, una proposición de ley de “medidas para prevenir la pobreza energética”. Dónde se plantea establecer, siguiendo el modelo de Reino Unido, “una tregua invernal mediante la cual las empresas suministradoras no podrán interrumpir el servicio de electricidad, gas o agua por impago” a las familias con menos renta.
Aún queda por hacer pero poco a poco los políticos se están dando cuenta que la crisis no sólo afecta a los bolsillos también a las calderas esperemos que este invierno esas familias no tengan que quedarse heladas esperando una decisión que a ellos no les cuesta nada. ¿Tú qué opinas?
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