Vivía como la hija de un Rey, porque lo es, y su marido casi como un duque, que también, deportista retirado con un palacete en Barcelona y una vida de los más acomodada pero ¿Por qué querían más? ¿No os hacéis esa misma pregunta cada vez que se publica algo sobre Iñaki Urdangarín y la Infanta Cristina?
Ahora las últimas noticias vuelven a poner sobre la palestra la posible y futura imputación de la infanta; ya hubo un intento fallido pero las nuevas pruebas de Hacienda hacen prever que ahora la Fiscalía lo tendrá más complicado para buscar una excusa.
Ahora, como decíamos, se dice que la infanta compró con la Visa Oro de Aizoon productos personales, flores, ropa de niño, que no entran en los gastos propios de una sociedad como la que compartía con su marido. Y es que, por mucho que pensemos en su inocencia, no cabe en ninguna cabeza que siendo ella autorizada de las cuentas y conviviendo con su marido no se enterara de los chanchullos que tenía este entre manos. Eso o Urdangarín la tenía engañada como a todos los españoles pues quién se iba a imaginar que un "buen chico" de apariencia como el presuntamente se los ha llevado contantes y sonantes de la administración público. Y tú ¿cómo lo ves?
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