La decimotercera operación de nuestro monarca ha hecho que por enésima vez se vuelva a poner sobre la mesa el debate sobre la abdicación del Don Juan Carlos a favor de su hijo el Principe Felipe. Y es que hasta que finalice la rehabilitación de esta nueva operación (que puede alargarse seis meses) España habrá tenido un jefe del Estado sin plenas facultades durante dos años, la cuestión es si debe abdicar o si las Cortes declaran la inhabilitación del monarca y el Principe asume su Regencia.
En contra...
Los que no quieren ni oír hablar de abdicación ni de Regencia son las dos principales fuerzas políticas del país (PP y PSOE), afirman que esta es una decisión personalísima del monarca.
Los que no quieren que abdique el Rey apelan a que se trata de un cargo que se ocupa de por vida pero lo que subyace es el miedo a que un rey que no sea Don Juan Carlos divida a España entre los que quieren monarquía y los que esperan la República. Pues hay muchos republicanos que se declaran Juancarlistas lo que hace que el clima de estabilidad reine, y nunca mejor dicho, en España.
A Favor...
La crisis económica, la devaluada imagen de la Corona y su alejamiento del pueblo, con casos como lo de Botsuana o Iñaki Urdangarin, son para los que se encuentran en la otra parte, razones más que suficientes para que el Rey deje su cargo a favor de su hijo. Sin duda sería un acto de adecuación a los tiempos, el Rey ya no está en condiciones de ser el representante del Estado y la ciudadanía tampoco le considera cercano a un pueblo más moderno que el que representa este Rey.
Eso opinan los monárquicos pero no debemos olvidar a los republicanos que en una posible abdicación o cambio en la regencia vislumbrarían la esperanza de cambiar el régimen político de nuestro país.
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