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16 de septiembre de 2013

España se vende ¿A favor o en contra?

España se vende, al menos se compra su deuda por empresas de capital riesgo americanas, hemos despertado el interés de lo que se conoce como fondos de inversión buitre. Los fondos buitre, como su propio nombre indica, son fondos de capital riesgo que compran deuda de Estados o empresas que se encuentran al borde de la quiebra. Estos “inversores” ya han llegado a nuestro país en forma de compañías de inversión estadounidenses que han visto en nuestra crisis inmobiliaria una oportunidad de negocio. De hecho desde abril, y en las operaciones que se han hecho públicas, estas compañías han invertido casi 2.000 millones de euros en actividades relacionadas con el ladrillo.


A favor...

Está claro que estos fondos suponen una inyección de capital para empresas que están al borde de la quiebra o para las administraciones públicas que necesitan liquidez.
Según los responsables de estos fondos su función es ayudar a empresas “con buenos activos y buenos gestores que por la situación tienen dificultades para encontrar capital”. Según afirman, “Les dejamos el dinero pacientemente para que se ocupen del negocio”. En este sentido KKR prestó 320 millones a Uralita, multinacional española de materiales de construcción con 100 años de historia, y antes entró en el capital de la empresa de aparcamientos Saba y en la de helicópteros Inaer.

Otro caso es el de Blackstone que ha comprado por 128,5 millones de 1.860 viviendas en alquiler social de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo de Madrid (EMVS). Esta compra permitirá el mantenimiento de los alquileres sociales en la Comunidad de Madrid.

Fernando Gumuzio, fundador de Azora, empresa gestora de 7.000 viviendas de VPO en alquiler propiedad de Goldman Sachs, después de adquirirlas al Instituto de la Vivienda de la Comunidad de Madrid (Ivima), considera que el calificativo de buitres para estos fondos es una descalificación. Para él su función es: “Ponen dinero en activos muy complicados y ayudan a limpiar los balances. Es el primer paso para la recuperación. Después vendrán los fondos institucionales”.

En contra...

Pero la gestión de la ruina también puede ser lucrativa. Esas compañías que han adquirido grandes paquetes de viviendas de alquiler social no lo han hecho por solidaridad sino por interés económico, pues el verdadero negocio llegará cuando, en unos años, venzan los alquileres y esas casas pasen a ser vivienda libre.

Pero estos fondos no sólo, que ya es, se están haciendo con viviendas particulares también está pasando a sus manos nuestro patrimonio público. La administración pública lleva casi tres años sacando al mercado lotes de viviendas protegidas y verdaderas joyas inmobiliarias. El Gobierno, de hecho, trata de desprenderse de la finca de La Amoraima, de 14.109 hectáreas en el Parque Natural de los Alcornocales (Cádiz) en la que permitirá construir un aeródromo, dos campos de golf y un hotel de lujo. Propiedades que de ser públicas pasarán a manos privadas y de las que nada más sabremos.

Pero el peligro es aún mayor. Según los expertos estos fondos especulativos idean estrategias y operativas muy elaboradas para lucrarse sin crear riqueza ni empleo llegando incluso a obstaculizar la salida de la crisis a esos países y hasta impidiendo el desarrollo económico y social de los mismos. El caso de Argentina demuestra que estos fondos buitre están dispuestos a conseguir su lucro a cualquier precio. Usando incluso los tribunales, convenientemente comprados para su causa, para obligar al país deudor a pagar más, elevando el costo de la amortización de la deuda pública externa pendiente.

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